Hay al lado de la guardería de Higgs un colegio donde los niños siempre están jugando al fútbol. Una de las tardes en las que el Señor Cuántico iba a recoger a su vástago, el balón con el que jugaban los chavales cayó en la calle pasando al lado de nuestro protagonista. Los críos, aplastándose contra las vallas del colegio, comenzaron a gritar al Señor Cuántico: "¡SEÑOR! ¡EL BALÓN! ¡PÁSENOS EL BALÓN, POR FAVOR!". Agarró el Señor Cuántico el balón y cuando lo iba a devolver con una patada, lo colegiales volvieron a gritar: "CON EL PIE NO. PÁSALO CON LA MANO. ¡¡CON LA MANO!!". Y así fue. El Señor Cuántico les pasó el balón con la mano. Con su mano. Las dos cosas juntas. Su mano duplicada junto a la pelota.
Más de la mitad de los niños quedaron traumandos de por vida. Dos murieron. El resto eran ciegos.
Más de la mitad de los niños quedaron traumandos de por vida. Dos murieron. El resto eran ciegos.