domingo, 20 de mayo de 2012

El Señor Cuántico #44

A altas horas de la madrugada, en ese momento en el que cualquier tipo de celebración se transforma en esperpento, ocurrió lo que todo el mundo sabía que había de pasar. Nadie les dijo a los invitados que una de las múltiples dimensiones que componen ese venenoso majar denominado Vichyssoise (plato entrante, bebida y postre oficial de cualquier celebración religiosa), se basaba en una gruesa capa donde se mezclaban unas gotas de whiskey añejo pleistoceno y abundante alcohol del botiquín para las heridas. Una pequeña sutileza del chef.

Con lo cual, no tardó en levantarse el típico invitado gordo con la corbata atada a la cabeza, que habiendo perdido cualquier tipo de conexión lógica con la realidad y el espacio-tiempo, comenzó a gritar que la novia bailara "la pelusa". Por supuesto no reparó en ningún momento que no estaba en ninguna boda y que no había novia alguna. Pero como todo el mundo estaba tanto o más perjudicado que el osado retador, no tardó en formarse una conga con gente pedo bailando "la pelusa". Mas la cuántica es inestable ante estas penosas situaciones y no tardó el disco (porque para la aristocracia el cantar es una cosa deshonorable propio de las clases bajas) en comenzar a repetirse una y otra vez. Contagiose de las repeticiones la susodicha conga, que comenzó a duplicarse y a hacerse más grande conforme más reinicios pegaba el disco. Así, comenzaron a formarse fractales matemáticos de gente bailando la pelusa y no tuvo el ejercito sino que bombardear el salón de ceremonias para evitar que la cosa se descontrolara muy a pesar de la alcaldesa y madre del Señor Cuántico, que insistió en que la explosión destrozaría las rosas que había plantado en el jardín.

domingo, 13 de mayo de 2012

El Señor Cuántico #43

Después de todo, la razón por la que el Señor Cuántico ha estado viviendo en la lujosa mansión de su madre, es que este domingo, se va a celebrar la malentendida comunión del hijo de la concejala de "parece que sí, pero no". Todas la familias de las clases altas de la ciudad y parte del extranjero están presentes con sus mejores galas y algún que otro pijama remetido hasta los sobacos. El muchacho, de punta en blanco, posa ante las cámaras con cara angelical en este su día tan especial. Al Señor Cuántico le es extraño que el cura vaya con la cara tapada como si fuera un verdugo a lo que su madre contesta: "Es que lo has entendido mal hijo. Esto no es una comunión. Eso es una mala adaptación que la iglesia hizo del rito original. Aquí se va a hacer la ceremonia original. La primera conmuñón". No fue terminar de decir eso, que el verdugo rebanó la mano del hijo de la concejala con una guillotina de papelería. La gente, comenzó a aplaudir emocionada ante el milenario rito pagano del que acababan de ser partícipes. Si el niño no moría desangrado, a partir de ahora sería considero como un adulto más y quizás, algún día, la cuántica le podría devolver la mano amputada.

domingo, 6 de mayo de 2012

El Señor Cuántico #42

"¡Ay, hijo mio! No sabes la suerte que has tenido siendo padre en estos tiempos. Yo no tuve ese problema, pero antiguamente, cuando la cuántica campaba a sus anchas y no había avances tecnológicos que la intentaran controlar en vano, maternidad era como el rastro de los moros. Las señoras, pues entonces ser madre solo se conseguía con un título universitario, se peleaban por conseguir un bebe que llevarse a su casa. Los recién nacidos, como las personas a partir de los cincuenta años, son más propensos a verse afectados por la cuántica y entonces, con tanta precariedad que había en la física, eran bastantes los que desaparecían. El viernes era el día en el que se abría la veda. Las mujeres entonces se mataban entre ellas por hacerse con un vástago. Luego la sangre se recogía con el mocho para las transfusiones, pues las cosas no estaban como para desperdiciar nada...".