Una noche de botellón y desfase. Los jóvenes van tan borrachos que entran a los bares a mear en los retretes. Ni una gota fuera de su sitio. Un trabajo limpio. Los domingos por la mañana las esquinas están limpias y las calles no huelen a orina. Los abuelos que salen a pasear se ofenden por que las calles no huelen a nada.
"Es que no sé quien les habrá enseñado a mear en los retretes."
"Es que no sé quien les habrá enseñado a mear en los retretes."
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