domingo, 22 de julio de 2012

Cuántico de Verano #46

Le dice el recepcionista al Señor Cuántico, que su habitación está acordonada por la policia y que no estará libre hasta que estos terminen sus vacaciones como el resto del mundo. Que había un guiri que, en un burdo intento de imitar a sus héroes televisivos, saltó desde la ventana de dicha habitación a la piscina del hotel sin tener encuenta que dicha piscina era la de los niños pequeños. También le dice que no se preocupe, que tiene otra habitación para él pero que tendrá que compartirla con otro individuo, que lo siente y que no le quedan más sitios libres.

No teniendo más remedio, el Señor Cuántico es dirigido a su nueva habitación. En ella encuentra a una persona de no mucha estatura pero sí de una desmedida concentración de grasa. Una visión perturbadora hacia la cual el Señor Cuántico, no puede sino apartar la dolorida vista. "Oh. Disculpe usted amigo. Dicen que mirarme es como quedarse ciego y desde hace muchos años nadie soporta tal visión. Me llamo Alb Augusto, pero todo el mundo me llama Gordo Bosón. Y no es que esté gordo, es que todo lo que como se me repite en el estómago. Si me como un trozo de pan, al final es como si me comiera una barra entera. Y cada vez va a peor. Los médicos que he consultado me dicen que tengo que adelgazar pero que en mi caso, siguiendo la regla de que los extremos se tocan, lograré antes mi objetivo si siguo comiendo que dejando de comer".

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