Encontramos al Señor Cuántico arrojado un día por la mañana frente a su televisor. Se acaba de despertar después de una noche de excesos alcohólicos y con la espalda destrozada después de quedarse dormido en el sofá. Sin saber cómo, acaba viendo un canal donde emiten una Santa Misa: "...y así Jesús se encontró con que tenía 5.000 bocas que alimentar pero que solo contaba con cinco panes y dos peces. Más la misericordiosa cuántica que el Señor poseía, hizo que los panes y los peces se duplicaran pudiendo así alimentar a todo el pueblo. Y ese día, todos quedaron saciados y contentos, pues así lo dispuso Dios que es omnipotente y omnipresente, pues la cuántica le permite estar en todos los sitios a la vez...".
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