Las zonas de inestabilidad cuántica han sido lugares normalmente evitados por parte de las empresas y los locales debido a las altas posibilidades de ser afectadas por la gracia cuántica, mayoritariamente antiproductiva para los diversos dueños de los negocios. No lo ven así los denominados Buffets Libres, que precisamente se aprovechan de este descontrol físico para sacar adelante su "paga una vez y come hasta reventar". Gracias a los últimos avances tecnológicos de control del descontrol, se ha conseguido crear flujos de inestabilidad dentro de estas zonas de tal forma, que pasando estos ríos cuánticos a la altura de los estómagos de los comensales, se vuelve a reaparecer en el plato lo ya comido. Así, los gastos se reducen a un solo plato y no deja de cumplir el lema de "comer hasta reventar".
Algunos entendidos dice que es regurgitar lo comido pero sin daños para el tubo digestivo. Comer una cosa deliciosa dos veces sin riesgo a que un segundo plato de la misma comida esté por debajo de la intensidad gustativa del primero. Una apuesta segura en medio de un alambre colgado entre dos rascacielos de un centenar de pisos.
Algunos entendidos dice que es regurgitar lo comido pero sin daños para el tubo digestivo. Comer una cosa deliciosa dos veces sin riesgo a que un segundo plato de la misma comida esté por debajo de la intensidad gustativa del primero. Una apuesta segura en medio de un alambre colgado entre dos rascacielos de un centenar de pisos.
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