Después de todo, la razón por la que el Señor Cuántico ha estado viviendo en la lujosa mansión de su madre, es que este domingo, se va a celebrar la malentendida comunión del hijo de la concejala de "parece que sí, pero no". Todas la familias de las clases altas de la ciudad y parte del extranjero están presentes con sus mejores galas y algún que otro pijama remetido hasta los sobacos. El muchacho, de punta en blanco, posa ante las cámaras con cara angelical en este su día tan especial. Al Señor Cuántico le es extraño que el cura vaya con la cara tapada como si fuera un verdugo a lo que su madre contesta: "Es que lo has entendido mal hijo. Esto no es una comunión. Eso es una mala adaptación que la iglesia hizo del rito original. Aquí se va a hacer la ceremonia original. La primera conmuñón". No fue terminar de decir eso, que el verdugo rebanó la mano del hijo de la concejala con una guillotina de papelería. La gente, comenzó a aplaudir emocionada ante el milenario rito pagano del que acababan de ser partícipes. Si el niño no moría desangrado, a partir de ahora sería considero como un adulto más y quizás, algún día, la cuántica le podría devolver la mano amputada.
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