La mítica tía-abuela-familiar femenino cariñosa a la que temes por sus efusivos saludos. Ella se dirige a su sobrino - nieto - niño prepuber: “Uy, pero que alto estás. ¡Cómo has crecido desde la última vez!” Entonces le arrea dos sonoras bofetadas. Uno por mejilla. Los adultos se ríen ante el avergonzamiento de la criatura que, dolorida, se esconde tras su madre. En este universo las tías - abuelas - familiares femeninos no dan besos babosos. Te ostian.
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