A pesar de no coincidir con las extremistas ideas políticas de su madre, el Señor Cuántico ha decidido ir a votarla para no provocarla un disgusto, pues aunque el voto sea secreto, la mujer siempre ha tenido un sexto sentido para enterarse de esas cosas. Aunque la campaña electoral ha sido realizada puerta a puerta, el Señor Cuántico cree que su madre apenas recibirá un puñado de votos. Lo que no esperaba es que su propio voto, a la hora del recuento, se duplicara tres millones de veces y que le otorgara la mayoría absoluta a su madre, con un número de votos cuatro veces mayor al número de personas inscritas en el censo electoral de la ciudad. Años más tarde, se supo que el colegio electoral, se encontraba en una zona cuánticamente inestable.
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