Desde la más tierna infancia se enseña a los niños que el más débil no tiene cabida en la sociedad. Todos los años, los cinco peores alumnos de cada clase son sacrificados ante el resto de sus compañeros. Así, ante el temor de perder la vida, se estimula el trabajo y la superación del niño. Se fomenta la competitividad. Selección artificial de la inteligencia. Sociedades perfectas moldeadas desde los tres años.
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