viernes, 3 de febrero de 2012

Arder

Una pequeña reflexión. Entendamos un instituto la primera o segunda semana de clase. Hay una clase de primero de la ESO con un profesor nuevo. De repente suena la alarma de incendios. Esa clase de primero no ha hecho nunca un simulacro en ese edificio y el profesor tampoco. Pongamos que esto, casualidades del destino o un edificio recién inagurado, se extiende a todo el instituto. Nadie sabe cómo debe actuar, por dónde debe ir y cuál es la salida correcta. Dos soluciones:
  • Si los ignorantes son solo los de esa clase de primero de ESO, su ignorancia puede formar un tapón y matar al resto de las clases.
  • Si los ignorantes son todas la clases todos mueren.

Porque una cosa es clara, lo de mantener la calma durante un incendio es inconcedible. Y eso es. Ya está.

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