Ahora que Higgs tiene ya una edad, el Señor Cuántico cree que ha llegado el momento de llevarla a la guardería. "No se preocupe por ella, aquí recibirá la mejor educación posible. Un 80% de nuestros niños terminan siendo importantes políticos y senadores. ¿Porqué no debería...". La maestra interrumpe su discurso debido a los gritos desesperados que llegan de dentro de la guardería. Allí, Higgs se ha duplicado y ha ocupando también la silla de otra compañera. Dirigiéndose a la enojada madre de la criatura, el Señor Cuántico llora emocionado: "Ha salido a su padre".
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