Antiguamente, la gente capturaba patos y se los ataba a los pies. Les servían para desplazarse más rápidamente de un lugar a otro. Los defensores de los animales, pusieron el grito en el cielo y finalmente, tras mucha lucha, consiguieron abolir esta primitiva práctica. A cambio, como sustituto, se inventaron los patines. De ahí su nombre.
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