Los romanos, con toda la colección de Bricomanía aprendida y asimilada, decidieron, que si querían evitar que Jesús se escapara de la cruz, no debían clavarlo sino atornillarlo con la taladradora Bosch que Christian se dedica a vender en los briconsejos de jardinería. Jesús no murió por nosotros tal y como se dijo después. Murió porque no pudo escapar gracias a un bricolaje excelente.
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